El bienestar y la salud son un deber, de otra manera no podríamos mantener nuestra mente fuerte y clara.

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El ataque de pánico es una reacción de ansiedad muy intensa, acompañada de la sensación de falta de capacidad para controlar esta reacción, e incluso la convicción de que uno puede llegar a morir en ese momento. Esta crisis de ansiedad puede producirse en diferentes situaciones (conduciendo, en la calle, etc.), las cuales tenderán a evitarse. Las claves de este desorden hay que buscarlas, por un lado, en el tipo de pensamientos que las provocan, altamente preocupantes, (como muerte inminente, ataque al corazón, mareos y pérdida de conciencia, etc.), y  por otro lado, (respiración agitada).  

Trastornos mentales para diagnosticar un ataque de pánico serían estos:

  1. Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca.
  2. Sudoración o Temblores.
  3. Sensación de ahogo o falta de aliento.
  4. Opresión o malestar torácico.
  5. Náuseas o molestias abdominales.
  6. Inestabilidad, mareo o desmayo.
  7. Desrealización o despersonalización.
  8. Miedo a perder el control o volverse loco.
  9. Miedo a morir.
  10. Parestesias.
  11. Escalofríos o sofocos.

 

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¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?

Las manifestaciones de la ansiedad son muy variadas y se clasifican en diferentes grupos:

Físicos: Taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, nudo en el estómago, alteraciones de la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mareo e inestabilidad. 

Psicológicos: Inquietud, agobio, sensación de amenaza o peligro, ganas de huir o atacar, inseguridad, sensación de vacío, sensación de extrañeza o despersonalización, temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones. En casos más extremos, temor la muerte, la locura, o el suicidio.

De conducta: Estado de alerta, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad. Estos síntomas vienen acompañados de cambios en la expresividad corporal y el lenguaje corporal: posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos y brazos tensión de las mandíbulas, cambios en la voz, expresión facial, etc…

Intelectuales: Dificultades de atención, concentración y memoria, aumento de los despistes y descuidos, preocupación excesiva, expectativas negativas, pensamientos distorsionados e importunos, incremento de las dudas y la sensación de confusión, tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, sobrevalorar pequeños detalles desfavorables, abuso de la prevención y de la sospecha, interpretaciones inadecuadas,  etc…

Sociales: Irritabilidad, dificultades para iniciar o seguir una conversación, bloquearse o quedarse en blanco a la hora de preguntar o responder, dificultades para expresar las propias opiniones o hacer valer los propios derechos, temor excesivo a posibles conflictos, etc…

No todas las personas tienen los mismos síntomas, ni éstos la misma intensidad en todos los casos. Cada persona se muestra más vulnerable a unos u otros síntomas.

 

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Ansiedad

Es un mecanismo natural que nos permite ponernos alerta ante sucesos comprometidos. Un cierto grado de ansiedad proporciona un componente adecuado de precaución en situaciones especialmente peligrosas. Una ansiedad moderada puede ayudarnos a mantenernos concentrados y afrontar los retos que tenemos por delante.

En ocasiones, el sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y funciona incorrectamente. La ansiedad es desproporcionada con la situación, a veces, se presenta en ausencia de cualquier peligro. La persona se siente paralizad@ con un sentimiento de indefensión y se produce un deterioro del funcionamiento psicosocial.

Cuando la ansiedad se presenta en momentos inadecuados o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades normales de la persona, entonces se la considera como un trastorno de ansiedad.

 

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Causas

  • Causas genéticas: la ansiedad puede heredarse a través de los genes. Incluso alguien que no es ansioso por naturaleza puede experimentar este sentimiento de temor ante una situación de tensión.
     
  • Causas circunstanciales: hechos traumáticos como un accidente de tráfico, un atentado o un incendio pueden provocar ansiedad, el sentimiento de ansiedad puede desaparecer cuando concluye el problema o bien permanecer durante meses o años. Es lo que se conoce como trastorno de estrés postraumático.
  • Consumo de drogas: Las anfetaminas, el éxtasis o el LSD son sustancias estupefacientes que pueden causar ansiedad. Para algunas personas, también la cafeína o la teína pueden producirla.
     
  • Experiencias vitales significativas: sin llegar a ser traumáticos, cambios vitales en el presente como un embarazo, o incluso alteraciones en el ámbito laboral (un despido, un ascenso, etc…) pueden producir ansiedad.

Síntomas

La ansiedad se manifiesta a nivel emocional y físico. Es importante reconocer ambos tipos de manifestaciones y acudir al médico en cuanto se detectan, ya que una persona con ansiedad que experimente estos síntomas puede considerarlos como signos de una enfermedad grave y empeorar la enfermedad.

  • Síntomas mentales: preocupación constante, cansancio, irritabilidad y problemas para concentrarse y conciliar el sueño.
     
  • Síntomas físicos: pulsaciones elevadas, sudoración excesiva, tensión muscular, temblores, mareos, desmayos, indigestión, diarrea y respiración profunda.

Prevención

La ansiedad es un sentimiento normal de temor ante situaciones amenazantes o difíciles. La ansiedad por sí misma no es mala, ya que nos alerta y nos motiva para hacer frente a los peligros. Se convierte en un problema cuando los episodios de ansiedad son frecuentes, intensos y aparecen sin motivo aparente, limitando a la persona en su día a día.

Para prevenir la ansiedad, es importante adoptar un estilo de vida saludable y evitar el consumo de drogas y sustancias que la causan.

Practicar ejercicio físico de forma regular, en especial al aire libre, también ayuda a despejar la mente y evitar los sentimientos ansiosos.

Las técnicas de relajación ayudan a combatir la aparición de crisis. Se pueden aprender de la mano de profesionales o de manera autodidacta, mediante libros y material audiovisual de autoayuda. 

 

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Tipos

Trastorno de ansiedad generalizada:

Se trata de una tensión crónica aún cuando nada parece provocarla. Esta preocupación o nerviosismo excesivo es casi diario y se diagnostica como tal cuando tiene una duración mínima de seis meses.

Trastorno de pánico:

El paciente experimenta crisis recurrentes de angustia que surgen espontáneamente. Se trata de una ansiedad aguda y extrema en la que es frecuente que la persona que la padece crea que va a morir. Estos ataques repentinos de miedo intenso no tienen una causa directa. Las personas que sufren este trastorno desarrollan angustia a experimentar el próximo ataque, cuya ocurrencia no pueden prever, es la llamada ansiedad anticipatoria.

Trastorno fóbico:

Trastorno que tiene como rasgo esencial la presencia de un temor irracional y persistente ante un objeto específico, actividad o situación con la consecuente evitación del objeto temido.

Trastorno obsesivo-compulsivo:

Se trata de pensamientos o acciones no voluntarios que el paciente no puede dejar de pensar o hacer para no generar ansiedad. Normalmente la persona reconoce el carácter absurdo de sus pensamientos o acciones. 

Trastorno por estrés post-traumático:

Se da en aquellos casos en los que se presentan secuelas psicológicas desagradables tras el impacto de un trauma emocional, una guerra, una violación, etc… Se caracteriza por los recuerdos persistentes del suceso traumático, un estado emocional con exaltada vigilancia y la reducción general de interés por los sucesos cotidianos.

Diagnóstico

Hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Síntomas físicos que presenta.
  • Historia médica y psicológica anterior de la persona y de su familia.
  • Posibilidad de que sufra alguna enfermedad que genere trastorno de ansiedad.
  • Influencia de tóxicos como la cafeína, el cannabis o la cocaína y otras drogas, desencadenantes de crisis de ansiedad y angustia en personas con predisposición.

Establecer un diagnóstico de los trastornos de ansiedad y llegar a una compresión global del afectado.

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Tratamientos

Los fármacos son el tratamiento de elección para la ansiedad generalizada. Habitualmente son fármacos que debido a sus síntomas, se decide su interrupción, debe reducirse escalonadamente y no de forma brusca. El alivio que proporcionan compensa generalmente algunos ligeros efectos secundarios y es delicado.

No es saludable acarrear dependencia física de ciertas medicinas. La terapia de comportamiento no suele ser generalmente beneficiosa porque no existen claras situaciones que desencadenen la ansiedad. Las técnicas de relajación y de biorretroacción pueden ayudar.

La ansiedad generalizada puede estar asociada con conflictos psicológicos. Estos conflictos están frecuentemente relacionados con inseguridades y actitudes autocríticas que son autodestructivas. La psicoterapia puede ser eficaz para ayudar a comprender y a resolver conflictos psicológicos internos.

El miedo y la ansiedad es parte de la vida.

Puede sentirse ansioso antes de presentar una prueba o al caminar por una calle oscura. Este tipo de ansiedad es útil puede permitirle estar más alerta o ser más cuidadoso.

Suele terminar poco tiempo después de que salga de la situación que la provocó. Pero, para millones de personas la ansiedad no desaparece y empeora con el tiempo sino te la tratas.

Pueden llegar a sentir dolores en el pecho, tener pesadillas e incluso tener miedo de salir de sus casas.

 Estas personas sufren trastornos de ansiedad de estos tipos:

# Aquí os dejo un vídeo de referencia:

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4 comentarios

  1. Ray Laskowitz · febrero 16, 2016

    Thank you for following Storyteller. – Ray

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  2. BERKANALUZ · marzo 13, 2016

    EXELENTES ARTÍCULOS, SALUDOS….

    Le gusta a 2 personas

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